En México a diferencia de otros países que se consideran de primer mundo, no es extraño escuchar a los inversionistas y emprendedores quejarse de lo complicado y molesto que puede resultar el echar a andar un negocio por el sin número de trámites burocráticos que serequieren.
Ello se ha traducido en que inconscientemente el empresario se crea una negativa y en la mayoría de las ocasiones no operan de forma regular y por tanto su negocio nace con el riesgo de no cumplir la normativa prevista por el Estado. No obstante esto, existen otros trámites que resultan de gran importancia para el emprendedor y que derivan del tipo de economía en vivimos actualmente ya que esta se basa cada vez más en los conocimiento y la propiedad intelectual.
Prácticamente todos los días aparecen en el mercado nuevos productos, marcas, dibujos y modelos creativos que son el resultado de una innovación y creatividad continuas, sin embargo las pequeñas empresas no siempre explotan plenamente su capacidad innovadora y
creativa y esto se debe principalmente al desconocimiento del sistema de propiedad intelectual y por tanto desconocen también la protección que a través de dicho sistema puedan dar a sus invenciones, marcas, dibujos y modelos industriales.
Si una buena invención o creación no dispone de protección, seguramente la harán suya los competidores más fuertes que estén en condiciones de comercializar el producto o servicio a un precio más bajo y sobre todo sin tener que compensar financieramente al verdadero
creador o inventor. Por esta razón todos los emprendedores y empresarios, independientemente de su tamaño, deben planear adecuadamente una estrategia de protección de todos estos intangibles relacionados con la propiedad intelectual, ya que ello constituye un paso decisivo y por sobre todo contribuye a evitar que se comentar infracciones y a convertir ideas en activos comerciales con un verdadero valor de mercado.
El primer paso para los empresarios y emprendedores consiste en poder detectar aquello que eso puede ser susceptible de protección. La forma más simple para realizar una detección adecuada es buscar asesoría a través de un experto en el tema, en México existen muchos
abogados especialistas en propiedad intelectual que podrían ayudarle no sólo a realizar esta detección sino además a concretar la protección realizando los registros que sean necesarios ante las autoridades que correspondan. Es muy importante que el empresario piense que al
realizar una protección de sus derechos de propiedad intelectual está realizando una inversión y no un gasto por lo que es muy importante destinar recursos suficientes para que esta protección sea la adecuada para la empresa o negocio de que se trate e incluso planearse ya
que bien podría realizarse por etapas.
Si bien el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial -IMPI por su siglas- reporta que al mes de septiembre del año pasado se habían presentado un total de 55,162 solicitudes de marca, de las cuales un total de 38,719 provenían de un titular mexicano, en materia de patentes por ejemplo de un total de 10,594 solicitudes presentadas a esa fecha tan solo 541 provenían de un titular nacional y que generalmente son las universidades del país que cuentan con un área de investigación. Esto únicamente refleja que en la más de las veces el empresario considera que con el registro de la marca es suficientes y en realidad es sólo es la primera parte de una verdadera estrategia de protección.
El desarrollo de propiedad intelectual a una empresa supone la capacidad de esta para comercializar estas invenciones, lanzar al mercado sus marcas, conceder licencias sobre sus conocimientos técnicos, realizar transacciones conjuntas y celebrar acuerdos contractuales de
propiedad intelectual, así como ejercer y supervisar eficazmente sus derechos.
Así entonces, debemos de alentar a los empresarios a utilizar de una manera más eficaz la propiedad intelectual como parte de sus estrategia comerciales y también fortalecer la capacidad de los gobiernos como el nuestro en elaborar estrategias políticas y programas que
satisfagan las necesidades propiedad intelectual de nuestros empresarios, debiendo incluso proveerlos de información amplia y asesoramiento básico sobre estas cuestiones para crear y arraigar la cultura de protección.